PALMAS DE CUBA


    Isla Caribe y Siboney,
tallo de aire, peana de arena,
como tortuga palmoteada,
de conjunciones de palmeras,
clara en los turnos de la caña,
sombría en discos de la ceiba.

    Palmas reales doncelleando
a medio cielo y a media tierra,
por el ciclón arrebatadas
y suspendidas y devueltas.

    Corren del Este hacia el Oeste.
Por piadosas siempre regresan.
El cielo habla a Siboney
por el cuello de las palmeras
y contesta la Siboney
con avalancha de palmeras.

    Si no las hallo quedo huérfana,
si no las gozo estoy aceda.
Duermo mi siesta azuleada
de un largo vuelo de cigüeñas,
y despierto si me despiertan
con su silbo de tantas flechas.

    Los palmares de Siboney
me buscan, me toman, me llevan.
La palma columpia mi aliento;
de palmas llevo marcha lenta.
Tránsito y vuelo de palmeras
éxtasis lento de la Tierra.
Y en el sol acre, pasan, pasan,
y yo también pasé con ellas.
Y me llevan sus escuadrones
como es que lleva la marea
y me llevan ebria de viento
con las potencias como ebrias...