EL HUÉSPED (1)


No quiero que diga su nombre
el desconocido.
Tantos nombres están manchados
que solo es puro el de los niños.

Y no quiero que me diga
su patria, el desconocido.
Con decirla ya se aparte
de este umbral, y de este nido.
Y no quiero que vea mi cara
el desconocido.
Pensará que ha de contarme
su ruta, su madre, sus hijos.*

Que tenga, quiero, el silencio
por mascullar su destino (2)
o escarmenar su fracaso,*
tenga la escalera suave, lecho
tenga este hálito de los pinos.
Después la oración por los suyos
*después la miga densa del sueño.

Parta mañana sin nombre
de oficio, de patria, y puerto,
tarareando el mismo aire,
y dueño de su secreto
desdeñador de las bocas
que para ofrecer la leche
el pan sobrado, el café denso,
le cobran el Dios, la sangre
*
y el blancor de sus ojos ciegos.

Dulce está, dichoso está
hermano devuelto parece
reconciliado de silencio
acariciado por las cosas (3)
intacto y fiel en su silencio
sin pensar que perdió en la ruta,
silencio en las comisuras,
las rodillas y los pies juntos
y ya el sueño ya le espolvorea
ceniza y..., en silencio
su polen, su arena, su... (4)

 

Notas

(1) Gabriela Mistral dio su aprobación al texto.

(2) "por mascullar su destino", "para mascullar su destino".

(3) "acariciando por las cosas", "(acariciado de umbral y...)".

(4) Versos inconclusos en el original. Anota Doris Dana: "G.M. leyó hasta aquí"..