CANCIÓN DEL TAURUS

El Toro carga al niño
al hombre y la mujer,
y el Toro carga el mundo
con tal que se lo den.

Búscame por el cielo
y me verás pacer.

Ahora no soy rojo
como cuando era res.
Subí de un salto al cielo
y aquí me puse a arder.

A veces soy lechoso,
a veces color miel.

Arden igual que llamas
mis cuernos y mi piel.
Y arde también mi ruta
hasta el amanecer.

No duermo ni me apago
para no serte infiel.

Estuve ya en el Arca,
y en Persia, y en Belén.
Ahora ya no puedo
morir ni envejecer.

Duérmete así lamido
por
el Toro de Seth.

Dormido irás creciendo;
creciendo harás la Ley
y escogerás ser Cristo
o escogerás ser Rey.

Hijito de Dios Padre
en brazos de mujer.