OBRERITO
Madre,
cuando sea grande
¡ay, qué mozo el que tendrás!
Te levantaré en mis brazos,
como el zonda* al herbazal.
O
te acostaré en las parvas
o te cargaré hasta el mar
o te subiré las cuestas
o te dejaré al umbral.
Y
¡qué casa ha de hacerte
tu niñito, tu titán,
y qué sombra tan amante
sus aleros van a dar!
Yo
te regaré una huerta
y tu falda he de cansar
con las frutas y las frutas
que son mil y que son más.
O
mejor te haré tapices
con la juncia de trenzar;
o mejor tendré un molino
que te hable haciendo el pan.
Cuenta,
cuenta las ventanas
y las puertas del casal;
cuenta, cuenta maravillas
si las puedes tú contar...
Nota
*
Viento cálido de la región del norte.
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